Capítulo 2 (parte1/2)

El gran día había llegado y como siempre, Silvia se había dormido. Cada año, desde segundo, Silvia, laura y carla iban juntas a la estación, acompañadas de Sophia, la hermana gemela de Carla. En quinto, Lily las había acompañado, pero ese año no. Normalmente, Lily y carla eran las que primero se despertaban, después laura y por último, Silvia, como siempre.
-¡llegamos tarde por tu culpa!
-¿mía? –pregunto Silvia -¿quién ha sido la que se ha pasado toda la noche hablando de lo maravilloso que era...
-¡cállate! –la corto carla –eso no tiene nada que ver...
-claaaaaro –dijo Silvia bostezando y empujando el carrito con las maletas encima.
-dejadlo ya –dijo laura –si no corremos, perderemos el tren.
-¡¿qué?! –exclamaron las dos a la vez
-lo que ois –dijo Sophia adelantando a su hermana –me voy
-pues adiós –dijo Silvia –¡y vigila el pasillo del segundo piso!
-¿el segundo piso? –pregunto laura -¿qué pasa en el segundo piso?
-que es el pasillo por donde se llega directamente a la sala de slytherin, así todos darán un rodeo y pillaran la broma de los merodeadores.
-¿desde cuando los ayudamos? –pregunto laura
-no los ayudamos –aclaro Silvia –solo, es que me quiero reír de los Slytherin un rato...
-¿hace falta que te recuerde que mi hermana es una slytherin? –pregunto carla
-pues claro que no –dijo Silvia –normal, no quería ser una Gryffindor, porque soportarte a ti, todos los días, en casa, en el colegio... cansa mucho.
-¿estas insinuando algo?
-yoooo –pregunto Silvia con sarcasmo -¿cómo puedes pensar eso de mi?
-¡veras cuando te pille! –y carla salió corriendo después de Silvia.
-como niñas –dijo laura antes de salir corriendo detrás de ellas.
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-cada año igual canuto –de quejaba un chico con el pelo negro todo revuelto –cada año venimos mas tarde...
-no pasa nada –dijo otro chico con el pelo negro con reflejos naturales azulados –ahora corremos y ¡listo!
-¡pues vamos! –y los dos chicos salieron corriendo hacia el anden 9 y ¾. Cruzaron al anden y subieron corriendo al tren. Cuando acabaron se subir los baúles, el tren anuncio su salida.
-cada año mas tarde –dijo una voz detrás de ellos –no me extraña que os castiguen tanto.
-que amable lunático –dijo Sirius –espera a que encontremos un vagon y después nos das la bronca.
-no puedo acompañaros –dijo el –tengo reunión de prefectos
-¡que aburrido!
-si –dijo Remus –buscad alguno libre y nos vemos luego.
-oks –dijo james y los dos se pusieron a buscar uno libre. Sirius se adelanto para poder dejar el baúl e ir a buscar a su nueva novia de trimestre. Al final del tren encontró uno.
-¡Cornamenta! –exclamo -¡aquí hay uno!
-genial –dijo y se acerco para verlo, pero de repente, los dos se quedaron quietos en el pasillo, alguien los había encantado.
-gracias por encontrarnos uno –dijo una chica detrás de ellos –me encanta lo caballerosos que sois.
-tienes razón –dijo otra chica –me encanta verlos, así de quietitos.
-pasamos antes de que llegue un prefecto –dijo otra voz
-¿crees que Lily nos castigaría? –pregunto la primera voz, que venia de una chica castaña con los ojos amarillos, que cambiaron a verdes miel –yo creo que nos daría puntos.
-y yo –dijo la tercera voz, que venia de una chica con el pelo negro muy rizado, loS ojos oscuros y de piel muy oscura, de color caramelo.
-pues yo no lo creo –dijo la segunda voz
-¡carla! –exclamo Silvia –son los mero... como se llamen
-tienes razón –dijo carla entrando en el compartimiento, seguida de Laura
-gracias por todo –dijo Silvia y movió el cuerpo de los chicos hasta el vagón siguiente. Cuando los chicos se descongelaron, estaban muy enfadados. Los habían echado de SU vagón. Lo único bueno era que los habían llevado al vagón donde los esperaba Peter. Cuando entraron, dejaron los baúles y se fueron a buscar a las intrusas de su vagón. De camino, se encontraron con Remus y...
-¿a dónde vais?
-a echar a Garbayo de MI vagón –exclamo Sirius –de MI vagón
-exacto –dijo james –nos ha hechizado y nos ha llevado allí –dijo james señalando de donde venian
-da igual –dijo Remus –ya tenemos vagón ¿qué mas da?
-GARBAYO ESTA EN MI VAGÓN –exclamo Sirius -¿te parece poco?
-¡ohhhhhhhhh! –exclamo una voz que venia de dos vagones mas adelante –el pobrecito de Black y el “me amo a mi mismo Potter” están enfadados, ¿qué puedo hacer para ayudaros pequeños? –les pregunto Silvia como si hablara a unos niños de tres años
-¡roba vagones!
-¡tramposo! –dijo Silvia
-¡mentirosa!
-¡estúpido!
-¡monstruo!
-¡escreguto de cola explosiva!
-¿qué me has llamado?
-¡lo que has oído! ¡además de un escreguto eres SORDO!
-¡retira eso!
-¿si no que harás? –le pregunto. Ahora estaban cara a cara. –recuerda que soy una chica
-¿tu, una chica? –pregunto el
-¿estas insinuando algo?
-¿yooooooooo?
-¡SERÁS UN...
-ya basta –dijo Remus –mira Sirius, por caballerismo, nos vamos.
-pero...
-pero nada –acabo Remus y se llevo arrastrando a Sirius y a james
-buena pelea –dijo Lily
-gracias
-lo que iba diciendo –continuo carla –este año, va a ser muy duro.
-y que lo digas –dijo laura –mi hermano me ha dicho que es el mas difícil
-pero lo positivo es que hay quiditch, salidas a Hogsmeade...
-y mas quiditch –acabo Silvia
-¡si! –exclamo carla. Silvia y ella estaban en el equipo de quiditch de Gryffindor como cazadoras desde tercero, igual que Sirius y james. Estuvieron hablando sobre el verano y sobre todo lo que harian ese curso. Poco a poco, el tren fue aminorando la marcha. Habían llegado a Hogwarts. Salieron del vagón ya con el uniforme y las cuatro se subieron a un carruaje. Carla, durante el viaje, estuvo pensando en esos ojos... tan bonitos. Los ojos que nunca mas veria, los de Paul. Ese chico, amigo suyo, que había sido tan amable con ella, tan bueno, tan dulce, tan romántico... y todo eso se acabo por culpa de su madre, que le había prohibido verlo por el hecho de ser muggle. Como si a ella le importara que el fuera muggle... eso era una cosa que su madre nunca entenderia.
En el comedor...
-¡que hambre! –exclamo Silvia
-ahora entran los de primero –dijo Lily –y después ya cenaremos
-eso lo dices porque tu has desayunado, comido y merendado
-no he merendado –dijo Lily
-es que no ha desayunado –dijo carla –como se ha dormido, no ha podido desayunar.
-como siempre –dijo laura
-si –dijo Lily –como siempre –entonces los alumnos de primero entraron. La profesora les explico lo que haría el sombrero y empezó con la selección.
-Adam, Justin –y un chico moreno se sentó en el taburete.
-haber, haber... –dijo el sombrero –inteligente, audaz, pero sobretodo leal, a sus amigos y a sus principios... me parece que iras a... ¡Hufflepuf! –y la mesa lo acogió calurosamente.
-Bartholomew, Martha –dijo McGonagall y antes de que el sombrero le tocara la cabeza exclamo:
-¡Ravenclaw!
-Borrow, Ryan
-inteligente, mucho por lo que veo aquí... ¡Ravenclaw! –y los alumnos volvieron a aplaudir. El sombrero siguió diciendo nombres, hasta que llego el de una niña que sorprendió a mucha gente.